El último Viaje

Y si me encamino a la muerte
no soporto la idea de no ir de tu mano
y no llevar en el pecho el nosotros que fuimos.

Hoy He vuelto A cogerlo.
Y me he preguntado si no sería aquel el mismo que nos llevó a nuestro entierro.
Si me habrá reconocido al entrar, por sentarme en el asiento aquel, el de siempre.
Si no habrá pensado que yo era aquella que perdía autobuses por mirarte las pestañas mover, provocando veranos anticipados.
La misma que se quedó bailando en el pequeño universo que guardabas al bajar la mirada y cerrar los ojos.
La misma que se quitaba los zapatos para poder volar más libre.
Y sin alas.
Pero contigo.
Descalza de miedos y tristezas.

Hoy He vuelto.
He pisoteado los charcos de lágrimas de aquella tormenta que desencadenó el nosotros para siempre extinto.
Y me he embarrado 
ahora trato de lamerme las heridas, como un gato desdeñoso que se ensució.
Revolotear sobre el pasado nunca trajó la alegría a ninguna mariposa.
Ni a mí, que nunca lo fui.
Soy quebrantahuesos que no para de lanzar al presente desde las alturas para partirle los huesos y que vuelva a sustituirlo el pasado.
Cigüeña que te busca para asentar su nido en tu pecho.
Golondrina en tu balcón y sobre tu tumba.
Clamando que la destrucción ha llegado por coger ese autobús hacia el ayer.
Y yo diciendo que ha sido a cosa hecha.
Lo volveré a hacer.
No lo siento.
Y no me siento.
Quizás la muerte haya llegado de una vez a ponerme en los labios su guadaña y a besarme las heridas.
Y ahora de cada descosido nacerán abejas para hacerme el panal sobre el que endulzar mi amargura.
Y a ti te miraré de otra forma.
Cuando al bajar de este pasaje hacia los mares de Ulysses sepa que no voy a ser capaz de aguantar tanta aventura, ni desventura,
y mucho menos tanta catástrofe.

He vuelto.
Para coger el autobús que me lleve a nuestro entierro.
Para poner flores sobre nuestra tumba.
Pero ahora sé,
que siendo la única pasajera,
esta marcha fúnebre
y este andar acompasado
debe estar llevándome a mi propio entierro.

Por favor, diles que me hagan hueco en el mismo nicho que nuestro desvencijado nosotros.
Y que vengo para ser partícipe de cómo se pudren las promesas.
Solo gusanos.
Y solo tierra.

Bienvenido al último viaje.

Bienvenido al último viaje.

6 Comments

  1. Me gustó esta frase en particular:

    He pisoteado los charcos de lágrimas de aquella tormenta que desencadenó el nosotros para siempre extinto.
    Y me he embarrado

    Me hizo, sin lugar a dudas, sentir algo muy dentro. Una cierta nostalgia que se complementa muy bien con el video que le acompaña

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